El proyecto Leguminose trabaja en la mezcla de cereales y leguminosas en un mismo cultivo
Madrid ha acogido una segunda asamblea general del proyecto europeo en el que participan 17 socios de ocho países
La sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid ha acogido la segunda asamblea general del proyecto europeo Leguminose, que estudia las ventajas y desventajas de la técnica conocida como intercultivo (intercropping, en inglés). Participan diecisiete socios de hasta ocho países, y los socios españoles, el CSIC y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), han sido los anfitriones de los investigadores y agricultores participantes provenientes de Italia, Alemania, Austria, Polonia, República Checa, Dinamarca y Pakistán.
La finalidad era exponer los obstáculos y oportunidades del uso del intercropping, situando el centro del debate en los beneficios asociados a su empleo. En ese sentido, los investigadores y agricultores participantes están analizando en laboratorio más de 650 muestras de suelos, que servirán de base para evaluar el impacto que la técnica del intercropping ofrece en la estructura, composición y diversidad de los suelos. También evaluarán su capacidad de absorción del carbono utilizando para ellos una serie de indicadores y parámetros que servirán como guía para mejorar la productividad de los agricultores.
Los trabajos del proyecto se están desarrollando en campos de cultivo en los que, siguiendo métodos científicos, se está comprobando el desarrollo del intercultivo. Ahora fue el turno de la visita a la finca del CSIC “La Poveda”, situada en Arganda del Rey, uno de los siete ensayos en Europa, que se complementan con 150 living labs de los que once están en España.
Investigadores y agricultores, así como representantes del Ministerio de Agricultura y el IMIDRA, tuvieron la oportunidad de discutir sobre el terreno acerca del valor añadido que campos ofrecen para la asociación de cultivo de leguminosas y cereales, valorando también las oportunidades que asimismo ofrecen desde el punto de vista del mercado.
Los living labs se han instalado en tres comunidades autónomas (Castilla y León, Aragón y Castilla-La Mancha), hasta en once localizaciones diferentes, donde se están probando diferentes mezclas de cereales y leguminosas con el objetivo de comparar los resultados después de dos campañas agrícolas. En estas localizaciones se están probando asociaciones donde principalmente se utilizan cultivos como la cebada, la veza, el trigo o los garbanzos.
En los próximos meses se obtendrán los primeros resultados obtenidos tras la primera campaña agrícola. Esto servirá para comparar los resultados obtenidos tanto en los monocultivos como en los intercalados desde el punto de vista económico, pero también con información sobre la salud del suelo o la influencia sobre el desarrollo de hierbas adventicias.