Nirs2Custom, el proyecto para analizar el suelo en tiempo real y abonar únicamente lo necesario
El Grupo Aresa desarrolla, en colaboración con el CIAM y la cooperativa CUSOVIAME, un prototipo para el análisis de nutrientes del suelo que hará recomendaciones personalizadas para la fertilización de los cultivos. Los datos quedarán registrados en el Cuaderno Digital de la explotación
El abonado a la carta comienza a ser una realidad en Galicia. El Grupo Operativo Nirs2Custom, liderado por Aresa, trabaja en el diseño de un prototipo para el análisis de nutrientes en campo equipado con la tecnología de la espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS) capaz de analizar en tiempo real la composición química del suelo para hacerle al agricultor una recomendación del tipo y cantidad de fertilizante necesario para optimizar la producción en esa finca.
Este sistema, acorde a lo que la UE y el Real Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas piden, tiene múltiples ventajas: se evita la contaminación medioambiental por exceso de abonado al mismo tiempo que se logra un ahorro económico sin sacrificar la producción.
“Lo que queremos es que el campo reciba lo que realmente necesita en función de sus carencias y las necesidades nutricionales del cultivo, es decir, que cada parcela reciba la cantidad justa de abono, para que no haya problemas de sobrefertilización o contaminación. El programa te dará la recomendación del NPK y el encalado más recomendable para la finca y el dato también de la materia orgánica por si hace falta o no aportar. El objetivo es ajustar mejor las dosis”, explica Rubén De Castro, director del departamento técnico del Grupo Aresa.
El programa dará la recomendación de encalado, abono NPK y aporte de materia orgánica necesarios para un rendimiento óptimo del cultivo en esa parcela
El proyecto, financiado con casi 180.000 euros de los fondos Feader, arrancó a comienzos de 2023, con una duración de dos años, e involucra también a la cooperativa Cusoviame, que reúne a 500 ganaderías de 11 ayuntamientos de las provincias de A Coruña y Lugo, al centro tecnológico Gradiant, al CIAM de Mabegondo y a la empresa Osigris, especializada en el desarrollo del Cuaderno Digital.
“Llevamos desde principios del año 2023 trabajando y ya tenemos el prototipo de aparato que toma las lecturas de suelo. Ahora quedaría la parte de toma de datos en campo para entrenar el sistema, ahora mismo se están tomando muestras para calibrar y estamos tomando las máximas muestras posibles para reducir la margen de error, y el año que viene será el momento de darle forma a esos datos a través de una herramienta predictiva basada en inteligencia artificial, que hará las recomendaciones personalizadas de abonado. Esperamos tener lista la aplicación para cuando entre en vigor el Cuaderno Digital en septiembre de 2024”, avanza Rubén.
Permite acortar tiempos
La toma de muestras y las analíticas de suelo no eran muy habituales hasta el momento en Galicia, entre otros motivos debido a su coste y a la tardanza en obtener los resultados. “Hasta ahora había que tomar muestras de tierra y llevarlas a un laboratorio. Nosotros siempre nos apoyamos en centros de referencia públicos, como pueden ser O Areeiro o Mabegondo. Ese proceso de toma de la muestra y envío al laboratorio ya te lleva 2 o 3 días, a los que hay que añadir entre 7 y 10 días, dependiendo de los parámetros que quieras analizar, para obtener los resultados. Después hay que estudiar esos resultados y hacer la recomendación al agricultor en base a ellos. Estamos hablando de 2-3 semanas”, describe Rubén.
La nueva normativa exige al menos un análisis de cada parcela cada 10 años
Pero el nuevo método que están implementando reduce drásticamente esos tiempos, algo esencial en plena campaña de siembra o abonado. “En el mismo momento en que haces la lectura del suelo ya te da la recomendación. Imagínate que fuese un abono 12-17-8, se comunicaría a la fábrica y en un día en plena campaña ya lo tendrías fabricado, por lo que en 2-3 días desde la toma de datos en campo el productor ya tendría el fertilizante idóneo en su casa para poder aplicarlo”, cuenta el director técnico de Aresa.
Produción a la carta
El Grupo Aresa es una empresa con más de medio siglo de experiencia, especializada en la importación, fabricación y comercialización de fertilizantes, que distribuye unas 50.000 toneladas anuales y cuenta con fábrica de blending en Rábade.
“Nuestra idea es fabricar productos a la carta en base a esa analítica que obtengamos con el NIRS. Habría que solicitar autorización para esa mezcla concreta, fabricarla y enviarla al agricultor. Eso sería lo ideal, un consumo de fertilizantes a la carta por parte de los productores, pero estamos viendo que la burocracia mata esa idea. Y si no existe la mezcla justa que necesitas siempre vas a sobrefertilizar, porque no te vas a quedar por debajo de los requerimientos del cultivo”, razona Rubén, siempre refiriéndose al Reglamento Europeo 2019/1009.
“Lo mismo queremos hacer con las mezclas de semillas, con fórmulas específicas, pero nos encontramos con muchísima burocracia y obstáculos para llevarlo a cabo. Es un contrasentido, porque es lo que la UE está pidiendo”, se queja el director técnico del Grupo Aresa.
Asesoramiento técnico independiente
La nueva PAC otorga un papel esencial dentro del sistema AKIS a los técnicos que asesoran a los productores, como agentes dinamizadores para el fomento de la innovación en el sector agroganadero. “A día de hoy tienes que estar al día, tienes que innovar. No es como antes, que decías tengo un triple 15 y a vender”, afirma Rubén.
Defiende el rol del asesor comercial porque, dice, no está reñido con tener cualificación técnica y poder asesorar de manera independiente al productor. “El asesor de abonado tiene que hacer una recomendación técnica objetiva que haga al ganadero mejorar la eficiencia de su explotación, y con eso los resultados y la rentabilidad de su granja”, argumenta.
El departamento técnico es una pata fundamental hoy para las empresas y los productores
El incremento del tamaño y del nivel de profesionalización de las explotaciones lleva aparejado un cuerpo técnico multidisciplinar de asesoramiento en materia de fitosanitarios, abonado, gestión de la PAC, etc. “El agricultor, hoy en día, tiene que identificarse como un empresario y dedicar el 100% de su tiempo a la finalidad productiva de su empresa, que es producir leche, carne, vino, etc. Para el resto tenemos que estar nosotros ahí, dando soporte y apoyo técnico, supliendo esa parte y resolviendo esas carencias. Es un binomio muy bueno el que forman el agricultor o ganadero más el técnico, da muy buenos resultados, ya que lo descargas de ese trabajo más tedioso”, insiste.
En la búsqueda de una información al agricultor lo más objetiva posible, el Grupo Aresa está trabajando en conjunto en este proyecto con el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, de manera que las recomendaciones que salgan de la nueva herramienta de cálculo de nutrientes esté basada en los criterios del centro público de referencia a nivel agronómico en Galicia.
El cálculo de necesidades del suelo está basado en los criterios establecidos por el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, no son parámetros comerciales, sino objetivos
“Ya estamos desarrollando un recomendador de necesidades del suelo en función del cultivo y de los parámetros que se indican en el CIAM. Por lo tanto, no son parámetros comerciales, sino de un organismo oficial, aunque la herramienta desarrollada sea propia de Aresa. Estará integrada dentro de nuestro Cuaderno de Explotación, en la pestaña de los Planes de Abonado, y estará a disposición de nuestros clientes”, explica Rubén.
Adelantarse a las nuevas normativas
El objetivo del Grupo Operativo Nirs2Custom es desarrollar una manera rápida de analizar el suelo a tiempo real, con solo llegar al campo y tomar una medición sobre el terreno. El nuevo Decreto de Nutrición Sostenible de Suelos Agrícolas pretende generalizar este tipo de analíticas, que habrá que hacer al menos una vez cada 10 años en todas las parcelas de secano.
“Tal como vienen los planes de abonado, aunque no están aún muy definidos en la norma, en septiembre se empezarán a tomar datos en las grandes explotaciones para extender esta práctica a las más pequeñas en septiembre del 2025”, explica Rubén.
Los datos de las analíticas aparecerán automáticamente en el Cuaderno de Explotación, que mediante inteligencia artificial estimará las necesidades de fertilización de la parcela, sirviendo como Plan de Abonado
Por eso, la intención del Grupo Aresa es tener ya la nueva herramienta de cálculo de nutrientes en funcionamiento en el mes de septiembre del año 2024, cuando entre en vigor la obligación de cubrir el Cuaderno Digital por parte de las explotaciones que declaran más de 30 hectáreas de tierras de cultivo en la PAC.
Los datos de las analíticas en campo aparecerán directamente en el cuaderno de la explotación, lo que facilitará el cumplimiento de la normativa, que requiere Planes de Abonado a las granjas y les da un plazo máximo de un mes para anotar las aplicaciones realizadas en su Cuaderno Digital.
Durante 3 años ese compendio de datos servirá al Ministerio para tener indicadores de referencia de los aportes medios realizados por las explotaciones y en base a esas medias y el nivel de desviación de cada explotación tendrán que adoptar o no medidas correctoras.
La prioridad en un primer momento será el control de los productos nítricos y fosfatados
Entre las prioridades que la UE marca para los próximos años en documentos como la Estrategia de la Granja a la Mesa en cuanto a la reducción de fertilizantes químicos estaría el control de los productos nítricos y fosfatados, con especial incidencia en la merma del uso de productos ureicos (fabricados a partir de amonio y anhídrico carbónico, a partir de alta presión y temperatura, y con un contenido en nitrógeno del 46%).
“Primero empezarán por nitrógeno y fósforo. Viendo que los cultivos en esta zona son fundamentalmente pradera y maíz, altos consumidores de nitrógeno, eso va a ser lo más importantes en Lugo y en A Coruña. En Ourense, con la patata, también los fosfatos”, explica el director técnico de Aresa.
Yo recomiendo aprovechar el período voluntario para ir familiarizándose con los cambios y no dejar todo para el último momento como pasó con los carnés de fitosanitarios
Aún están sin definir zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, donde el control va a ser aun más estricto. En el punto de mira están comarcas de Ourense como A Limia o zonas de Pontevedra como O Deza, donde la presencia de granjas porcinas incrementa el volumen de purines generados por las explotaciones lecheras.
Rubén recuerda lo sucedido hace años con la normativa de fitosanitarios. “Aunque el decreto ya estaba desde el año 2012, la gente no estaba aún preparada en el año 2016, cuando fue obligatorio. Muchos tuvieron que ir fuera de Galicia, a provincias como Zamora, a sacar el carné de aplicador”, dice. Para que con el abonado no pase lo mismo, recomienda a las explotaciones que aprovechen el período voluntario que se va a abrir para familiarizarse con los cambios que se avecinan.
“Los abonos de origen orgánico no hacen milagros”
Además del Nirs2Custom, el Grupo Aresa está iniciando un proyecto supraautonómico de valorización de residuos y está también inmerso en otro proyecto europeo de economía circular. Rubén de Castro defiende que se deben “aprovechar al máximo los fertilizantes orgánicos que se producen en la propia granja y suplementar con abonos químicos”, porque, dice, “los abonos orgánicos no cubren todas las necesidades nutricionales de los cultivos, sobre todo de los que son tan exigentes en nitrógeno como por ejemplo el maíz o la hierba”.
“No tiene ningún sentido tener que tirar el purín de las granjas, lo tenemos que aprovechar haciendo un buen manejo de él para optimizarlo agronómicamente, pero nos tenemos que apoyar en abonos químicos para mantener las producciones altas y depender menos de las compras externas. Siempre con un control, eso sí. Por eso, para mí los Planes de Abonado son positivos, porque ayudarán a ese control, como lo hicieron en su día las declaraciones de fitosanitarios”, compara.
Las soluciones biológicas son positivas y hay que tenerlas en cuenta, pero hay que ser conscientes de sus limitantes
La rotación con leguminosas u otro tipo de cultivos mejorantes del suelo, una práctica incentivada en la PAC, no solventa tampoco el problema, defiende. Ayuda a disminuir las unidades fertilizantes aportadas por los abonos químicos, genera materia orgánica y mantiene una buena estructura del suelo, pero no solventa tampoco la totalidad de las necesidades, asegura.
“La nutrición vendrá dada por una suma de acciones y unas no van a suplir las otras. Estoy a favor de las prácticas de rotación, pero eso te puede aportar 5 unidades de nitrógeno, que se suman a las 30 o 40 unidades de nitrógeno que te puede aportar el purín, cuando un maíz aquí en Galicia en un suelo habitual puede precisar unas 250-300 unidades, entre las necesidades del cultivo y las pérdidas por lixiviación, volatilización, etc. Es decir, el uso de biológicos tiene su recorrido, pero es limitado”, dice.
“Para mantener las producciones, al suelo hay que aportarle lo que necesita la planta”
En zonas de producción lechera de Galicia, como pueden ser O Xallas o A Terra Chá, este año se alcanzaron, en algunos casos, producciones totales de 20 toneladas de materia seca (o 70 fresca) por hectárea, sumando el cultivo de invierno de pradera y el de verano de maíz, unos rendimientos necesarios para reducir la dependencia de los piensos, que incrementan los costes de producción de las granjas.
“Si quieres mantener esas producciones (sobre 50-55 toneladas de materia fresca por hectárea de producción media) hay que seguir aportando nutrientes al suelo, ya que no es una fuente inagotable de NPK, elementos secundarios y microelementos. Según los cálculos de extracción de N en base a proteína bruta del maíz, para estas producciones la planta necesita extraer del suelo unos 200 kg N/Ha (6,5%PB). Y hay que tener en cuenta que siempre vas a tener pérdidas por volatilización o lixiviación, que podemos reducir enterrando el purín, que es lo que hay que hacer, pero siempre vamos a tener pérdidas y hay que tenerlas en cuenta”, explica.
Un maíz aquí en Galicia en un suelo habitual puede precisar unas 250-300 unidades de nitrógeno, según las extracciones del cultivo y las posibles pérdidas
Por eso, Rubén alerta de que la reducción del 30% de nitrogenados, que es lo que pide la UE, va a haber que suplirlo aumentando la superficie agraria, algo difícil en Galicia, donde “no hay superficie disponible y tenemos el problema del minifundismo”, insiste.
“Si quieres bajar un 30% el uso de fertilizantes sin perder producción tienes que aumentar en un 30% la superficie agraria, es una regla de tres muy clara, y aquí en Galicia no estamos sobrados de superficie agraria. Enterrado del purín para evitar las pérdidas por volatilización, y fijando nitrógeno atmosférico mediante rotaciones con leguminosas igual no tienes que aumentar un 30% la superficie pero sí un 20 o un 25%. Porque aunque apliques las mejores prácticas posibles, que hay que aplicarlas, no eres capaz de compensar ese 30%. Además, al aumentar la SAU también aumentan determinados costes de producción (maquinaria, horas de trabajo, etc)”, argumenta.