El cambio climático amenaza la supervivencia del castaño europeo en la Península Ibérica

Un estudio en el que participan investigadores de la USC prevé la reducción del hábitat idóneo de la especie y señala la necesidad de estrategias de mitigación

Imagen del Campus Terra.

El castaño europeo (Castanea sativa), una de las especies arbóreas más emblemáticas de la Península Ibérica, podría enfrentarse a una drástica reducción de su área de distribución en las próximas décadas debido al cambio climático.

Un estudio publicado en la revista Frontiers in Forests and Global Change indica que el hábitat idóneo para esta especie se verá afectado especialmente en las regiones mediterráneas, debido a las temperaturas en ascenso y menor disponibilidad hídrica. Por el contrario, las regiones atlánticas podrían mantener condiciones más favorables.

La investigación contó con la participación de personal investigador de la USC, de la Universidad de Oviedo, del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (Universidad de Oviedo, CSIC y Principado de Asturias), de la Universidad de Granada y de la Fundación Oso Pardo.

El castaño europeo, promovido inicialmente por griegos y romanos por su valor alimenticio y forestal, se consolidó en la Edad Media como una pieza clave de los sistemas agroforestales de la Península Ibérica.

Además de proporcionar madera de alta calidad, sus frutos fueron un recurso importante para las comunidades rurales. Sin embargo, su distribución y capacidad productiva podrían verse afectadas en las próximas décadas si no se adoptan medidas adecuadas.

 

Un hábitat en transformación

El equipo investigador indica que el hábitat idóneo del castaño está ligado a regiones húmedas con precipitaciones anuales superiores a 800 litros por metro cuadrado y temperaturas medias entre 10 y 15 grados centígrados.

“Las proyecciones climáticas de nuestro estudio indican que el hábitat idóneo para el castaño sufrirá una reducción progresiva en las próximas décadas, especialmente en las regiones mediterráneas, donde el aumento de temperaturas y la merma de precipitaciones limitarán su capacidad de supervivencia”, comentan las personas investigadoras.

Mientras tanto, “las regiones atlánticas, con mayores niveles de humedad, muestran una mayor resiliencia frente al cambio climático, aunque el castaño podría verse afectado por la competencia con otras especies más adaptadas a las nuevas condiciones”, explican.

Además, añaden “que el castaño experimentará un desplazamiento altitudinal de unos 60 metros de media, migrando hacia zonas más elevadas donde las condiciones ambientales sean más favorables”.

 

Estrategia para su conservación

El profesor de la USC y coordinador del grupo de investigación COMPASSES, Emilio Díaz Varela, indica: “Estas variaciones en la distribución óptima del castaño subrayan la necesidad de adoptar un cambio nos enfoques de la gestión forestal, del paisaje y del territorio, frente a una situación en la que la supervivencia de la especie precisará de la comprensión de sus dinámicas de adaptación y evolución en escenarios climáticos cambiantes”.

La investigación subraya la urgencia de implementar medidas para mitigar los efectos del cambio climático sobre el castaño. Entre las acciones recomendadas destacan la selección genética de variedades más resistentes a la sequía y a las temperaturas extremas, la gestión eficiente del agua en plantaciones agroforestales y la restauración de ecosistemas forestales degradados.

“Estas acciones serán fundamentales para garantizar la sostenibilidad del castaño a largo plazo y preservar su papel en la biodiversidad y en la economía rural de muchas regiones ibéricas”, apuntan las personas autoras del estudio.

El castaño además de ser una fuente de recursos, desempeña un papel esencial en los ecosistemas forestales, y su declive afectaría la biodiversidad. La investigación y las estrategias de conservación son prioritarias para la ciencia, la gestión forestal y las comunidades rurales.

El estudio fue desarrollado en el marco del proyecto LIFE19 NAT/ERES/000913 ‘Osos con Futuro’, financiado por la Unión Europea y coordinado por la Fundación Oso Pardo. Además, contó con financiación adicional del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España.

Los comentarios están cerrados.