La Facultad de Veterinaria de la USC recibe el Sello de Excelencia de la Xunta de Galicia

Esta titulación se convierte en la primera de la USC en lograr esta distinción oficial

Comunidad del centro al final del acto. / USC.

La Facultad de Veterinaria del Campus de Lugo de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) se convirtió en la primera de la institución en obtener el Sello de Excelencia concedido por la Xunta de Galicia.

El decano del centro, Gonzalo Fernández Rodríguez, destacó que “este es un reconocimiento al trabajo de muchos años a favor de la calidad y en el seno de un centro que se encuentra en constante revisión”.

Este sello, según explicó el decano, supone una aportación económica que permitirá avanzar en áreas clave como la simulación de habilidades clínicas, fundamental para renovar la acreditación europea de la titulación. Esta mejora influirá positivamente en otras iniciativas orientadas a la excelencia académica.

La vicerrectora de Titulaciones e Internacionalización, María José López Couso, resaltó el prestigio de la titulación de Veterinaria, “puesta en marcha en los años 80”, reconocida tanto en el Sistema Universitario Gallego como a nivel nacional e internacional.

En el acto de entrega, celebrado en la Sala de Juntas de la Facultad, participaron también el rector Antonio López Díaz y el consejero de Educación, Universidades y Formación Profesional, Román Rodríguez.

El Sello de Excelencia tiene una vigencia de seis cursos académicos, con seguimientos anuales y opción de renovación. Forma parte del Plan Gallego de Financiación Universitaria 2022-26 y responde al objetivo de adaptar la formación a las demandas sociales, alineándose con las tendencias internacionales y mejorando los estándares de calidad.

Para optar al sello, las titulaciones deben impartirse de forma ininterrumpida desde el curso 2018/19 y continuar en la actualidad. Cada universidad pudo presentar un máximo de tres solicitudes.

La evaluación se basó en ocho criterios: estrategia y resultados, currículo, diseño del proceso de enseñanza-aprendizaje, profesorado, evaluación, inserción laboral, internacionalización y presentación de la propuesta. La puntuación máxima variaba entre 10, 15 y 25 puntos, según el criterio.

Entre los aspectos valorados se incluyen las tasas de ocupación, graduación y abandono; la relación con el tejido productivo; las metodologías docentes; la calidad del profesorado; y las medidas de evaluación continua.

También se tuvieron en cuenta la inserción laboral y los indicadores de internacionalización, como la movilidad estudiantil, los créditos en lenguas extranjeras o el nivel idiomático del personal docente e investigador.

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