Investigadores da Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra crean un mapa actualizable de la situación de la biomasa forestal
Investigadores de la EEF de Pontevedra crear un mapa actualizable para estudiar la situación de combustible y así poder actuar sobre el mismo para reducir la intensidad de los incendios
Uno de los principales problemas que se encuentran los dispositivos de prevención y extinción de incendios es planificar la prevención o pronosticar cómo será el comportamiento de un incendio, debido a los factores que influyen en el mismo. Ante esta necesidad surgió la idea de crear mapas de combustibles actualizables y operativos. Todo ello se recoge en el artículo ‘Mapa del modelo de combustible operativo para paisajes del Atlántico utilizando imágenes ALS y Sentinel-2’.
Juan Picos y Julia Armesto, ambos de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra (Universidad de Vigo), explican que la meteorología se puede observar, aunque no se controla, la topografía «es la que es» y «lo único que se puede cambiar es el combustible», pero hasta el momento era difícil cartografiar. Ante esto, «vimos que necesitábamos mapas de combustibles que se pudiesen actualizar de manera operativa y fiable para trabajar sobre la situación». Con todas las herramientas de proyectos que están en marcha, como el Convenio para el desarrollo del Inventario Forestal Continuo de Galicia, en ejecución conjuntamente con la Xunta de Galicia y la USC, el proyecto Paleointerfaz, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, o el proyecto Interreg FIREPOCTEP, presentaron la propuesta para obtener una cartografía actualizable de la zona del Baixo Miño.
«La referencia cartográfica que tenemos en Galicia para los combustibles viene del mapa forestal que está publicado para todo el territorio. En Galicia este mapa data del año 2011, pero el territorio ha cambiado», comenta Armesto. Detalla que aproximadamente un 3 % del territorio de Galicia cambia cada año (por cortas, incendios, podas). Toda esa información ya quedaba lejana para poder manejar esos modelos de combustible de cara a los servicios de extinción o el personal que trabaja en materia de prevención y extinción de incendios. «Sabiendo que hay una explosión de herramientas y tecnologías cartográficas nos llevó a explorar las tecnologías que tenemos disponibles que nos están dando datos sobre el territorio», indica. Añade que la finalidad era tratar de desarrollar una metodología para identificar combustibles actualizados, que describan mejor la situación que se pueden encontrar en estos momentos.
Según los expertos, los combustibles describen el comportamiento de la vegetación frente al fuego, cómo se comporta en términos de velocidad de propagación del fuego, de intensidad calorífica y longitud de llama, que son los principales descriptores que dan los modelos de combustible. “La idea era documentar el estado de los combustibles actuales de la manera más actualizada posible para poder simular potenciales actuaciones”, recalca Armesto. Ambos destacan que lo más complejo del trabajo era identificar los combustibles a una escala grande, teniendo en cuenta que toda Galicia tiene más de 3 millones de hectáreas de arbolado.
Modelos de combustible
Los investigadores trabajaron con los modelos de combustible de Rothermel (conjunto de situaciones de combustibles para las cuales hay descritas unas ecuaciones de cómo se comporta una situación). Los modelos son los más comunes y habitualmente utilizados en los software de simulación de incendios. Estos simuladores se utilizan para estudiar el fuego integrando las tres variables: topografía, vegetación y meteorología. “Lo que queríamos era irnos a unos modelos que se puedan utilizar en un simulador de manera práctica, que se puedan trabajar con ellos de manera operacional”.
Los modelos corresponden a masas arboladas, otros a masa de matorral y otros de cortas recientes, pastos de cultivo, etc. y cada una de esas tipologías tiene un comportamiento diferenciado frente a los incendios. En cuanto a matorrales, los modelos distinguen matorral alto (que superan un umbral de altura) y matorral bajo. “Al superar el umbral de altura se entiende que tienen la cantidad de biomasa suficiente para tener un determinado comportamiento desfavorable frente al fuego, más difícil en términos de extinción”, exponen. En cuanto a los modelos de arbolado, distinguen entre los que tienen continuidad vertical en la cantidad de biomasa y los que tienen discontinuidad vertical. En los primeros, el fuego llega hasta las copas y se genera una situación desfavorable, ya que toda la masa presente contribuye a la propagación del incendio.
«La conclusión es que modelos de matorral bajo y de continuidad vertical son desfavorables y el porcentaje que suponen suma un 32,9 % de la superficie del Baixo Miño, es decir, un tercio de esta superficie es desfavorable al fuego», subrayan Picos y Armesto. Añaden que por eso es importante identificar donde se encuentran estas masas para poder modificar el tipo de combustible y prevenir así los incendios altamente peligrosos.
Bajo coste y validación del proyecto
Uno de los puntos en el que están trabajando es en la validación con el personal que está delante de los incendios. «Es importante contrastarlo con los técnicos que trabajan en el campo, que puedan buscar las dificultades que se encuentran en la clasificación y si realmente les resulta óptimo para su trabajo este mapa cartográfico», aclaran. Para ello, transfirieron todo lo diseñado a la Consellería de Medio Rural y «estamos esperando su input de vuelta, que es muy valioso para nosotros».
Otra característica importante que resaltan es que estos mapas se pueden obtener «con costes razonables», que era una de las finalidades del trabajo. «Si las actualizaciones tuviesen unos costes elevados, aunque fuesen posibles, en la práctica no se utilizarían».
El trabajo continuará ampliándose, ya que se realizó primeramente en el Baixo Miño y actualmente se encuentran ya trabajando en toda el área de costa. «Con el vuelo que va a realizar el Ministerio con Lidar nos facilitará mucho todo el trabajo», indican y añaden que a finales del próximo año ya podrían ampliar toda la información para tener un mapa de Galicia completo.