Cabras con cobertizos móviles, una innovación para la gestión del monte vecinal de O Carballo
Esta comunidad de montes se viene significando por la diversificación de aprovechamientos productivos y por la gestión del matorral con caballos, porco celta y ahora cabras
Hace dos años que la Comunidad de Montes del Carballo, en Friol (Lugo), decidió empezar a introducir cabras para llegar a aquellas zonas que con el Porco Celta y los caballos no abarcaban. Trabajan en colaboración con la Granxa Teixeira e Pistón (Becerreá), que a nivel de manejo empleaba un sistema similar al que realizan en estos montes. Esta cooperación, que auguran que sea a largo plazo, hace que en momentos puntuales la comunidad pase de los 50 animales con los que cuentan en la actualidad a más de 100.
La iniciativa se puso en marcha gracias a una ayuda del programa de pastoreo para prevenir incendios ‘O que non arde’, impulsado no 2022 por el Área de Medio Rural de la Vicepresidencia de la Diputación de Lugo y que este año cumple su segunda anualidad. Desde la Comunidad de Montes diseñaron unos alpendres modulares que son fácilmente transportables en el pastoreo. «Tenemos un sistema de rotación con el que nos vamos moviendo por todo el monte en unidades de 3 a 5 hectáreas, por lo que tener unos cobertizos que se monten y desmonten fácilmente nos facilita el trabajo», expone José Manuel Iglesias, técnico de la Comunidad.
El cobertizo, además de proteger a las cabras de las inclemencias meteorológicas, cuenta con un sistema interno en forma de manga que acaba en un estrechamiento dotado de un suelo en parrilla. Es un diseño novedoso que se eleva y en el que la cabra encaja las patas, quedando suspendida, lo que facilita su manejo sanitario.
En el cobertizo se puede habilitar además un espacio cubierto por una lona para darle de comer a los dos mastines que tienen vigilando las cabras. «La idea a futuro es tener un dispensador de pienso metido aquí para no tener que ir todos los días a darle de comer a los animales», añade Iglesias.
También hacen un aprovechamiento del agua de la lluvia, ya que hay zonas en que no disponen de agua natural. El sistema consiste en la recogida y filtración del agua con piedras y arena, «al estilo más rústico, pero que nos ahorra tener que acarrearla». Cuentan con un depósito de unos 1.000 litros que colocan en una plataforma, con la que también transportan el alpendre desmontado.
Montar y desmontar los alpendres para las cabras se redujo de un día a dos horas
Alrededor del cobertizo, cierran un área de pastoreo con malla eléctrica. Para mejorar el funcionamiento de este vallado perimetral, crearon unos elementos para facilitar la tensión de la malla eléctrica con la que cierran los terrenos. «Son unos contratensores de hierro, utilizados en cambios de dirección donde se emplea una vara de fibra de vidrio fuerte y un contratensor, que permiten una mejor tensión y que así el cierre no quede colgado ni se baje», explica.
Con todas estas innovaciones, la mano de obra se reduce. «Antes nos llevaba un día colocar unas lonas para cubrir a los animales, que nos daba mucho trabajo. Ahora con los alpendres móviles y todo este sistema que creamos, hacemos el cambio de zona de pastoreo mucho más ágil», aclara Iglesias. El objetivo es tener la garantía de que las puedes manejar de una manera rápida, fácil y segura, y como en el mercado no disponían de material para el manejo de las cabras en extensivo, «decidimos innovar», señala.
Los trabajos de los cierres los hacen casi todos los meses del año, ya que un terreno de unas cuatro hectáreas para 100 cabras les dura aproximadamente un mes. «De este modo, en un día entre dos personas tenemos todo listo para las cabras. Es un sistema bastante simple».
Rendimiento económico de la cría de animales
Por el momento tienen unas 50 cabras, pero el objetivo es llegar a criar unos 100 cabritos de manera anual. «En unos dos años lograremos ese nivel de animales, aunque contamos seguir colaborando con la granja Teixeiro e Pistón en un futuro. Las expectativas actualmente son buenas», puntualiza el técnico.
La cría de estos animales la siguen compaginando con la cría de Porco Celta, que ahora, coincidiendo con el San Martiño, alcanza un pico de venta de unos 60 animales. Los compran con unos 3 meses y los venden a la industria, a particulares y también a los comuneros, estos últimos los compran a precio de coste. El Porco Celta requiere menos trabajo, ya que durante la ceba permanecen en el mismo espacio y sólo tienen que hacer el cambio de instalaciones cuando empiezan a cebar nuevos animales.
Iglesias destaca que en cuanto a gastos de gestión del rebaño de cabras no son muy «elevados», ya que para la energía disponen de placas solares, pienso solo el necesario para suplementarlas, ya que buscan un aprovechamiento excelente del recurso natural existente y actualmente cuentan con una persona asalariada para el trabajo en el monte. «A las cabras casi no les damos pienso, sólo para que se acerquen a nosotros y así poder cogerlas cuando es preciso, pero es un gasto mínimo».
El lobo, un problema para la cría de caballos
Hasta ahora, en las cabras y en los cerdos no percibieron pérdidas por causa del lobo, sin embargo en los caballos son continuas. «Es un tema muy complejo, porque tenemos unos 11 km de vallado perimetral que no damos controlado diariamente», comenta Iglesias, y añade que por esto «nos pensamos mucho si introducir las cabras o no, porque me temía que nos pasara lo mismo». Aclara que al Porco Celta no le ataca porque es un animal que se defiende mejor y en las cabras cuentan con los dos mastines, «que harán su trabajo, junto con la malla eléctrica».
Comunican sólo un 3 % de las pérdidas en las reses de caballos
Sin embargo, con los caballos de raza pura gallega sí que tienen un problema más grave. Actualmente cuentan con unos 50 animales, «queríamos tener más, pero es inviable». Desde la Comunidad son conscientes de que les entra el lobo y que pierden muchas crías que ni siquiera llegaron a ver: «Daremos comunicado un 3 % de las pérdidas», calculan.
El técnico explica que el lobo busca entrada por debajo del cierre y, alguna vez, en las cámaras que tienen instaladas por el área ven como arrastra las patas de los animales, «pero no podemos hacer nada, porque es mucho terreno para vigilarlo diariamente, por eso ahora centramos los esfuerzos de defensa contra el lobo en las cabras y nos cerdos», concluye.