Un estudio apunta a la expansión del lobo en Asturias como amenaza para la ganadería extensiva

Los investigadores afirman que los ganaderos están a favor de la conservación del lobo, pero siempre que no afecte a su economía y modo de vida

Lobo en imagen de archivo

Investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería del Campus Terra de la USC en colaboración con el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) de la Universidad de Oviedo han realizado un informe técnico sobre la percepción social del lobo. Una de las conclusiones que recogen es que mayoritariamente la ciudadanía está a favor de la aplicación de planes de gestión específicos que favorezcan tanto la conservación como el control de esta especie en cada territorio. Asimismo, los encuestados consideran insuficientes las ayudas de indemnización por los daños provocados por este animal en las reses de ganadería extensiva que se encuentran en el monte.

Este estudio científico, firmado por el investigador Andrés Osoro Corsino y en el que participan profesores de la Escuela Politécnica Superior de Lugo (USC), profundiza en la percepción social de la población urbana y rural respeto de la actual situación del lobo ibérico, que desde 2021 está en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

El lobo en Asturias duplicó su censo en dos décadas, por lo que el aumento de la protección de la especie representa un problema para la ganadería extensiva

Frente al progresivo incremento de la población de lobo ibérico en Asturias, donde se pasó de 21 manadas a 41 en las últimas dos décadas, y también de los daños económicos cada vez mayores que provoca, los autores de este estudio señalan que la inclusión de esta especie en el Listado compromete el futuro de la ganadería en régimen extensivo, como muestra el incremento de las reses atacadas y el volumen de las indemnizaciones por este motivo.

Andrés afirma que la radiografía respecto de la situación del lobo en Asturias no se puede aplicar a Galicia, principalmente por las diferencias de los sistemas de producción ganadera existentes en cada región.

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