Uso de hongos parasiticidas para la transición de ganaderías a regímenes pastoriles
El Grupo Operativo Funtrapa está investigando el empleo de hongos saprófitos como método de control biológico para la reducción del riesgo de infección en las granjas de aves y porcino
Desde hace algunas décadas, los consumidores demandan alimentos sanos, obtenidos en condiciones de bienestar animal, con el mínimo efecto posible sobre el medio y con un enfoque que persigue la sostenibilidad de la producción animal. Con el objetivo de contribuir al control de parásitos bajo estas premisas, surge la idea del proyecto Funtrapa, que se está plasmando en aves y ganado porcino en pastoreo, en la que el empleo de hongos filamentosos saprófitos hizo posible la prevención de infección en gallinas ponedoras y en lechones.
Funtrapa empezó en 2022 y finalizará en septiembre de 2024. Los primeros resultados, que se expusieron a través de un webinar, están siendo prometedores y se vieron resaltados con un mejor estado de salud de los animales, confirmando, aunque de forma preliminar, el acierto de esta estrategia. El Grupo operativo cuenta con la colaboración Pazo de Vilane y Asociación Prodeme, donde se desarrolla el proyecto y se aplican las técnicas de prevención y reducción de parásitos en las gallinas ponedoras y lechones en régimen de pastoreo. Además, cuenta con la Fundación Empresa-Universidad Gallega (Feuga) como agente innovador.
Los sistemas pastoriles aumentan el riesgo de que los animales ingieran formas parasitarias presentes en el suelo
Durante la presentación de los resultados, que por el momento son preliminares, María Sol Arias, miembro del Grupo de Investigación Copar, del Departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la USC, hizo hincapié en que «los sistemas pastoriles tienen numerosas ventajas, entre ellas la reducción de los costes de control de plantas invasoras o la mejora del estado sanitario de los animales». Por el contrario, expuso que «cuando mantenemos los animales en regímenes pastoriles, se aumenta el riesgo de que ingieran formas parasitarias que están presentes en el suelo».
La aplicación de hongos como control biológico logró eliminar más de un 80% de parte de los parásitos problemáticos
Infecciones parasitarias
Los parásitos más encontrados son de diferentes grupos. Unos de ellos son los protozoos, que eliminan quistes /ooquistes y salen al exterior junto con las heces de los animales. «Presentan una elevada capacidad de resistencia o supervivencia a los productos químicos convencionales, por lo que resulta complejo eliminarlos». Arias indicó que otros grupos son los Cestodos, Trematodos y Nematodos.
Finalmente están los Nematodos estrongilidos, que se propagan por las heces excretadas por los individuos parasitados.
Según explica Arias, la solución hasta el momento se basa en el tratamiento convencional, aplicando antiparasitarios alopáticos de síntesis. Cabe destacar que muchos de ellos son eficaces y están disponibles comercialmente, pero también hay cepas resistentes a muchos parasiticidas. Además, hay un gran riesgo que es la reinfección, «ya que la desparasitación actúa sobre los organismos en animales en exclusiva, pero no hay acción sobre las formas infectantes presentes en medio», puntualiza.
Manejo de los hongos parasiticidas
En la búsqueda de otros sistemas alternativos, desde el Grupo de Investigación determinaron que «el empleo de hongos saprófitos es un control biológico para la lucha frente a estas formas infectantes». En este proyecto trabajan con hongos filamentosos que se clasifican en hongos con actividad ovicida (Mucor circinelloides, Trichodema atrobrunneum y Clonostachys rosea) y larvicida (Duddingtonia flagrans).
Los hongos se pueden distribuír por pulverización o por esporas, por ejemplo, en el momento de la siembra de la pradera. También en la alimentación de los animales
«Desde Copar propusimos trabajar con varios hongos a la vez, mezclando hongos parasiticidas ovicidas y larvicidas, de esta forma nuestros productos tendrían un gran espectro», aclara la investigadora. El siguiente paso, según expuso, fue pensar cómo se distribuirían. Una de las formas que mostraron es como biocida, es decir, pulverizando. «Las esporas de los hongos se pueden diluir, de hecho crecen en medio líquido, y por lo tanto habría que emplear una pulverizadora convencional y propagarlo». Otras opciones fueron la de hacer una premezcla con el alimento y también fabricar un concentrado comercial con esporas.
Resultados obtenidos en Prodeme
En la Asociación Prodeme, donde hacen cría de lechones, empezaron con una fase de acondicionamiento, ocho días previos al parto de las cerdas progenitoras, y luego pulverizaron ocho días previos a la entrada de los lechones en la finca. Durante la fase de mantenimiento, pulverizaron esporas en parideras después del parto, hasta que los lechones consiguieron los seis meses, y en la segunda fase pulverizaron las praderas en las que se encontraban los lechones hasta los seis meses.
En cuanto a los resultados, destacar que los coccidios se redujeron un 83 % en la semana 20, con respeto a los datos obtenidos en el testigo. En ascáridos bajó un 89 % en la semana 4. Por el contrario, «los resultados en Trichuris sp. no son nada buenos. Estos parásitos dan mucho problema para erradicarlos empleando fármacos convencionales, por lo que tendremos que seguir trabajando», destaca la investigadora.
Sin efectos en la calidad en Pazo Vilane
Pazo de Vilane es una empresa que lleva 27 años funcionando, como explicó en el webinar su veterinario Antonio Miguel Palomero. «Cuando empezamos con este proyecto, decidimos reformar y acondicionar un viejo gallinero que teníamos para poder empezar de 0», indicó. Asimismo, acondicionaron la cosecha de la pradera con semillas previamente sumergidas en medio líquido con hongos y luego realizaron la pulverización de esporas en paredes y suelo de los refugios (cada dos días durante los 8 días previos a la introducción de aves). En la fase de mantenimiento, la pulverización fue mensual en los refugios. «Durante el mantenimiento, los técnicos veterinarios del Pazo de Vilane también realizamos visitas para evaluar la salud, bienestar y desempeño productivo de los animales; además consideramos fundamental interactuar con el animales para uno correcto desarrollo».
En cuanto a los resultados obtenidos fueron «muy buenos», concuerdan la investigadora y el veterinario. En cuanto a Eimeria spp., a las dos semanas ya se registró una diferencia muy grande entre los individuos tratados y los testigos. El porcentaje de reducción fue en torno de un 88 % en la semana 4. Los ascáridos, en la semana 14 muestran una bajada del 84 %, «otro dato relevante».
El veterinario concluye afirmando que la «calidad es buena y no hubo diferencia significativa en los parámetros productivos entre un grupo y otro, además vemos que la aplicación de estos hongos no tiene efecto negativo sobre su salud y sobre su producción».
Beneficios para los ganaderos
En el proyecto, se concluye que hay beneficios en el enfoque preventivo para evitar la infección, por lo que se reduce el riesgo de enfermedad y el desarrollo de lesiones en los animales. «Además, es una estrategia sostenible basada en organismos antagonistas, inocuos para personas, animales y vegetales que se encuentran de forma natural en el medio y que se integran en equilibrio con otros microorganismos», incide la investigadora María Sol Arias. Asimismo, destaca que la distribución de hongos con las semillas en praderas abre una posibilidad «ignorada hasta el momento, facilitando el acondicionamiento de prados y minimizando la carga de endoparásitos en el suelo, que resultará en el desarrollo excelente de los animales».
El proyecto, que tiene un presupuesto total de 180.000 €, está subvencionado con las ayudas de la Asociación Europea de la Innovación (AEI), cofinanciadas en un 75 % con el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) en el marco del Programa de Desarrollo Rural (PDR), con fondos propios de la Xunta de Galicia en un 22,5 % y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimento en un 2,5 %.