Galicia desarrollará productos alimentarios y cosméticos a partir de variedades de avenas negras
El Grupo Operativo para la recuperación del cultivo trabajará hasta finales de 2026 para validar el potenciar comercial y tecnológico de las variedades tradicionales gallegas
Durante los próximos tres años, el Grupo Operativo para Recuperación y valorización de avenas negras autóctonas de Galicia trabajará para validar el potencial comercial y tecnológico de las variedades tradicionales de avenas negras gallegas. Lo hará mediante su transformación en productos de alto valor añadido, como fermentados, productos de panadería y productos cosméticos. Aprovecharán que las avenas negras presentan un componente de alto valor funcional como las avenatramidas y tocoferoles.
El Grupo Operativo está liderado por el grupo de Adaptación y Sostenibilidad de Cultivos de la Misión Biológica de Galicia (CSIC), en el que participan en calidad de socios la Fundación Juana de Vega, el restaurante Culler de Pau y Cosmética Muuhlloa. Además, como entidades colaboradoras están la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (Agacal), a través del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), y el Instituto Ourensán de Desenvolvemento Económico (Inorde). También cuentan con la colaboración de Panadería Dacuña y las universidades de A Coruña y de Santiago de Compostela.
Campos de cultivo en Galicia
El equipo está testeando seis variedades de mayor potencial en tres ambientes representativos de Galicia, según los estudios previos llevados a cabo por la MBG y el CIAM. A partir de aquellas que obtengan mejores características, se desarrollarán los productos alimentarios y cosméticos, contando con la experiencia y conocimiento de las empresas colaboradoras.
La producción de la Avena strigosa ofrece ventajas como una gran tolerancia a la sequía por su gran rusticidad. Es más resistente al cambio climático, adecuándose a las exigencias de sostenibilidad de la Unión Europea. También le afectan menos las deficiencias en el manejo agronómico y, aunque el suelo sea pobre y ácido tampoco supone una limitación para su crecimiento. “El cultivo de variedades tradicionales favorece la biodiversidad, la soberanía alimentaria, la modernización de la agricultura gallega en base a premisas ambientales, que fomenta el conocimiento y la innovación del sector en Galicia”, destacan los promotores.