«El gran reto de la industria láctea de Galicia es mejorar el valor añadido de sus productos»
Roberto Alonso, director del Clúster Alimentario de Galicia (CLUSAGA), explica como consiguieron la ayuda del PERTE para el proyecto SmarTZ4Milk, formado por un consocio de 11 empresas vinculadas al sector lácteo, pero también tecnológico y del conocimiento. Prevé una inversión de 17 millones de euros para mejorar la competitividad del sector lácteo gallego
El Clúster Alimentario de Galicia (Clusaga) presentó recientemente uno de los proyectos de innovación I+D+i en el que se encuentra inmerso. Se trata de ‘SmarTZ4Milk – Cadena de Valor Láctea Inteligente, Rastreable, Sostenible y Conectada’, un proyecto tractor promovido por el Clusaga a través de la Oficina Técnica Next Generation Galicia Food. El principal objetivo de esta iniciativa es transformar el sector lácteo gallego y revolucionar sus cuotas de competitividad mediante la I+D+i y la inversión en sostenibilidad. Este proyecto está financiado a través de las actuaciones de fortalecimiento industrial del sector agroalimentario – PERTE Agroalimentario.
En esta entrevista, hablamos con Roberto Alonso, director de Clusaga, quien nos explica quién forma parte del proyecto, cómo optaron a esta ayuda y qué beneficios traerá para el sector lácteo gallego.
– ¿Cuáles son los objetivos del proyecto SMARTZ4MILK?
El primero a destacar es que cuenta con 11 socios. Luego, la inversión que se prevé de 17 millones de euros con una subvención de cerca de 10 millones. Esta inversión puede tener un efecto tractor en todo el sector lácteo gallego y también en otras áreas como Asturias. Los objetivos que se formulan son promover la I+D+i, (dentro del macroproyecto hay varios proyectos de innovación del sector lácteo) y mejora de la competitividad, que se va a trabajar a través de la digitalización de los procesos de las industrias (incorporación de nuevas tecnologías, aplicación de herramientas Big Data…). También se hará hincapié en la sostenibilidad y en ese ámbito se trabajará con varios proyectos en temas de solución de usos de materias primas, optimización, eficiencia energética, reducción de generación de residuos… Por lo tanto, los objetivos son a tres niveles: innovación, competitividad y sostenibilidad.
– ¿Qué os llevó como Clusaga impulsar esta iniciativa y liderarla?
Forma parte de nuestro plan estratégico. En estos momentos ponemos el foco en la digitalización de nuestras empresas y en incorporar en las mismas la innovación como eje estratégico. Por eso, siempre estamos en centrados en poder aprovechar oportunidades como la de la convocatoria del PERTE. Consideramos que era una oportunidad significativa. Había empresas interesadas y vimos la oportunidad de la financiación, entonces trabajamos en el diseño de este proyecto y en el diseño del consorcio que lo iba a llevar a cabo. En estos años ya generamos otros proyectos con consorcios y se mostró cómo la cooperación entre empresas del sector y otras empresas del ámbito del conocimiento, del ámbito tecnológico, etc. es la parte fundamental de nuestro trabajo.
– Indica que es un consorcio de 11 socios. ¿De qué parte se encarga cada uno de ellos?
Cuenta con un grupo de empresas lácteas que representan a distintos tamaños (grandes y PYMES) que van a incorporar tecnologías y mejoras a nivel ambiental y de innovación. Esas empresas son: Grupo Leche Río, CAPSA FOOD, Grupo Cooperativas Lácteas Unidas-CLUN, Agrupación de Cooperativas Lácteas, Cooperativa Agraria Provincial De A Coruña (Bico de Xeado), Queizuar y Queixería Prestes. Luego hay un segundo grupo de empresas socias del consorcio que son del ámbito tecnológico: Grupo AMSlab, ASM Soft, Tecnologías Plexus y Sixtema Proyectos de Información. También se incorporan otras entidades que estarán subcontratadas por las empresas, que no forman parte del consorcio del proyecto, entre las cuales se incorpora la Universidad de Santiago con el Aula de Productos Lácteos; la Universidad de Vigo y Centro Tecnológico de Galicia (ITG), que acercan conocimiento tecnológico.
La cooperación es fundamental para mejorar la capacidad de las empresas que forman un consorcio
– No participan industrias lácteas grandes, ¿por qué?
En la fase de creación del consorcio hubo grandes empresas lácteas y pequeñas con las que se mantuvieron reuniones, pero algunas no pudieron participar por la complejidad del proyecto, por los requisitos o por el momento en el que se tenía que desarrollar. Algunas de esas empresas, como Entrepinares, forman parte de otros proyectos lácteos que llevamos a cabo, pero en esta ocasión no encajaban.
– En un sector con cada vez más cuota para grandes multinacionales, también en Galicia (Lactalis, Yeeper Dairy, Nestlé, etc.), ¿cuáles considera que son las claves para que la industria láctea gallega, especialmente la de capital autóctono, sea competitiva?
Creemos que las claves son este tipo de proyectos. Empresas muy grandes foráneas tienen una serie de posibilidades de financiación de proyectos propios que su vez las llevan a ser más competitivas. Estos proyectos permiten mejorar la optimización de procesos que facilita que las empresas ahorren costes y por lo tanto sean más competitivas en precio y calidad de sus productos. Estas grandes multinacionales tienen sus propios fondos y por eso es importante que las pequeñas se incorporen a este tipo de proyectos y que colaboren entre ellas para que tengan esa mejora competitiva compartida. Los fondos públicos de este proyecto facilitarán que todas las inversiones se puedan hacer de manera efectiva y rápida. La cooperación es fundamental para mejorar la capacidad de las empresas que forman un consorcio.
– ¿Qué carencias detectaron en la industria láctea gallega?
Sí observamos una evolución positiva, que hay un salto cualitativo y cuantitativo en los últimos años. Con respecto a hace 10 años, se están generando grandes proyectos de inversión y transformación con nuevas fábricas y nuevas líneas de producción y con empresas más pequeñas que hacen cosas innovadoras en el sector. Las nuevas líneas de trabajo y nuevos emprendedores están consiguiendo modernizar el sector y, sobre todo, mejorar el rendimiento del principal defecto, que es el valor añadido de los productos. Galicia es una de las regiones europeas que más leche produce, sin embargo lo que vemos es que el valor añadido históricamente no es mucho.
De los casi 17 millones de euros, se recibirá una financiación a través de subvención directa de 9,4 millones, que provienen de los fondos Next Generation
– ¿Qué mejoras prevén que supondrá para los socios participantes integrarse en una cadena láctea inteligente y interconectada?
Hay proyectos individuales y compartidos. Hay una plataforma de trazabilidad, que permitirá que todas las industrias lácteas participantes y las que se puedan incorporar a lo largo del proyecto puedan compartir datos del sector. Ahora mismo, en esta revolución tecnológica los datos son muy importantes y esta plataforma les permitirá conocer el segmento de la producción primaria: qué volumen de leche se produce en las granjas, con qué calidad, cómo se puede predecir su variabilidad, cómo optimizar procesos como la recogida, etc. Toda esa transformación de la cadena de valor va a permitir que los consumidores puedan conocer más información del origen de los productos que consumen. De este modo, las personas que consuman productos de las empresas que forman parte del proyecto lo harán de manera consciente y valorarán otros aspectos como la seguridad alimentaria, bienestar animal… Esperamos que todo lo que se transmita sea información valiosa y que permita a las empresas ser más competitivas.
– ¿Cuál es el plan de trabajo que se marcan para este proyecto?
El proyecto fue aprobado a principios de 2024 y desde entonces se está agilizando el plan para que las empresas puedan hacer ya inversiones. Algunas ya están en fase de construcción de las plantas de tratamiento que incorporarán en sus industrias. Se están adelantando los pequeños proyectos y desde Clusaga intentamos coordinar todo porque es un proyecto complejo y ambicioso que debe estar finalizado en junio de 2025.
– La inversión en SMARTZ4MILK se estima en 16,8 millones de euros. ¿Cómo se repartirá entre la parte pública y personal?
De los casi 17 millones de euros, se recibirá una financiación a través de subvención directa de 9,4 millones, que son fondos que provienen del PERTE, es decir, fondos Next Generation. Una pequeña parte, 300.000 euros, serán con interés cero y lo recibirán las empresas. El resto es inversión personal que reciben las empresas en la cofinanciación.
– ¿Fue especialmente dificultoso acceder a las ayudas del PERTE agroalimentario?
Sí, fue complejo. Esto fue una convocatoria que en su diseño requería ya formar un consorcio muy numeroso y con una serie de características (cumplir con sostenibilidad, trazabilidad…). Tenía una preparación administrativa compleja. Eso fue un proceso que se alargó durante un año, puesto que la convocatoria se publicó en 2023 y casi hasta finales no tuvimos una resolución. Fue tan complejo que sólo se aprobaron 13 proyectos en toda España para toda la industria agroalimentaria.
Tenemos previsto seguir optando a fondos Next Generation y nos encontramos definiendo las nuevas propuestas para presentar a la subvención
– Teniendo en cuenta que el PERTE Agroalimentario cuenta con una partida de cerca de 1500 millones de euros. ¿No considera que Galicia se está quedando retrasada a la hora de optar la estas ayudas?
No, al contrario. En esta convocatoria no se aplicaba todo el volumen. Debido la complejidad de la tramitación y demás no se presentaron tantos consorcios, ni se ejecutó todo el presupuesto. De las regiones, Galicia está en la tercera posición después de Cataluña y Valencia, que son regiones que tienen un peso socioeconómico de la industria agroalimentaria importante. No estamos atrasados en esta convocatoria estamos en el podio.
¿Cuáles fueron las principales novedades que acercó el director de la Oficina Técnica del Comisionado especial para el PERTE Agroalimentario, Galo Gutiérrez, en la presentación?
La principal es que abrirán segunda convocatoria, que será publicada en septiembre. La abrirán con menos requisitos para facilitar que pequeñas empresas puedan participar, dejando una línea específica para PYMES.
Además de la candidatura gallega al PERTE Agroalimentario, desde Clusaga coordináis otros proyectos que cuentan con fondos Next Generation como puede ser el Milsktelligence o Smart4Cheese. ¿En qué estado se encuentran estos proyectos?
Esos proyectos son relativamente cortos y más pequeños, para cada uno se destinó medio millón de euros. Son proyectos que se van ejecutando en distintas anualidades. Y en 2023 llevamos a cabo un grupo de siete proyectos que vienen de finalizarse en abril de 2024. Ahora estamos preparando una nueva convocatoria. Son proyectos pilotos donde se probaron diferentes tecnológicas. Centros tecnológicos o empresas tecnológicas implementaron soluciones para mejoras de procesos en las empresas alimentarias. En este caso tuvimos dos del sector lácteo, Milktelligence y Smart4cheese. Hay otros que son de otros sectores. Ahora tenemos previsto seguir optando a fondos Next Generation y nos encontramos definiendo las nuevas propuestas para presentar a la subvención.