El Iberian FoodTec Lab, un objetivo a perseguir en el proyecto Net4Food

Durante el I International FoodTec Conference se puso de manifiesto la necesidad de disponer de un espacio común que conecte la ciencia y la industria, especialmente entre Galicia y el norte de Portugal

Mesa redonda entre las diferentes entidades que formaron parte del proyecto

Mesa redonda entre las diferentes entidades que formaron parte del proyecto

La creación del Iberian FoodTec Lab ha sido el punto clave del debate en la mesa redonda que ha cerrado el I International FoodTec Conference, el congreso que se celebró en Bragança, Portugal.

Todos los ponentes coincidieron en la necesidad de disponer de un espacio común que conecte la ciencia y la industria, especialmente entre Galicia y el norte de Portugal. Así este laboratorio actuaría como puente entre la investigación fundamental y la aplicación empresarial, reduciendo la llamada “brecha de la muerte” entre innovación y mercado. Se destacó su papel en certificación, validación de nuevos productos, spin-offs y en la creación de sinergias transfronterizas.

En dicha mesa participaron: Helena Jamardo, de Clusaga; Deolinda Silva, de PortugalFoods; Alexandre Gonçalves, de MORE CoLAB; Maria José Alves, de AquaValor; Elisabete Ferreira, de Pão de Gimonde; Filipe Centeno, de Proenol; Carolina Dias, de Casa Mendes Gonçalves; Pedro Babo, de Landratech; Iván García, de Néboda Farms y M.ª Rocío Cid Díaz, de Grupo Cuevas. Toda la mesa estuvo moderada por
Lorenzo Pastrana, de INL.

Aproximar la ciencia al sector empresarial
Por parte del Clusaga se ha destacado la importancia de disponer de “estos espacios de colaboración en los que haya tanto un lugar para la distribución, la investigación y las empresas, porque al final el norte de Portugal y Galicia es una zona rica en la que se debe potenciar el desarrollo de productos alimentarios; espacios así son fundamentales para dar voz a las diferentes partes interesadas de la cadena para que se comuniquen los resultados”.

Clusaga recalcó la necesidad del laboratorio, no solo como un edificio o proyecto, sino como una red de cooperación continua

Así, Helena Jamardo también puso en valor los clústeres como estructuras articuladoras del sistema alimentario, tanto en Galicia como en Portugal. “Galicia y el norte de Portugal comparten una realidad agroalimentaria similar, centrada en pymes, tradición y recursos endógenos, pero carecen de una infraestructura común que articule la transferencia tecnológica entre universidad y empresa”.

Ante la situación actual, recordó que muchos proyectos de innovación “se pierden entre la fase experimental y la comercial, porque no hay mecanismos de transferencia claros ni entidades que acompañen el proceso de industrialización”.

Helena Jamardo, representante de Clusaga durante la mesa redonda

Helena Jamardo, representante de Clusaga durante la mesa redonda

La representante del clúster propuso fomentar infraestructuras compartidas piloto para validar productos, mejorar la comunicación de convocatorias y ayudas de innovación a las empresas del sector, mapear las capacidades tecnológicas existentes en los distintos centros para facilitar la colaboración y promover sinergias transfronterizas.

En definitiva, Clusaga defendió una visión sistémica y estructural y recalcó la necesidad del laboratorio, no solo como un edificio o proyecto, sino como una red de cooperación continua, uniendo universidades, centros tecnológicos y empresas. También subrayó la necesidad de que el laboratorio actúe como mediador entre ciencia y mercado, asegurando que la innovación llegue al consumidor final.

Visión empresarial
De la parte del proyecto gallega también estuvo Rocío Cid, representante del Grupo Cuevas, una empresa gallega con origen en la transformación de la castaña. La empresaria planteó la necesidad de “aterrizar las palabras bonitas en resultados tangibles” y reconoció que muchas iniciativas de cooperación se quedan en la teoría y no generan impacto directo en las empresas.

Coincidió con Jamardo en que muchas innovaciones se quedan sin certificar o sin llegar a producción por falta de apoyo técnico o regulatorio y reclamó “la existencia de plantas piloto compartidas donde las empresas puedan validar productos en fase preindustrial”. También mencionó las dificultades derivadas de que los productos se desarrollen en Portugal, pero se comercialicen en España (y viceversa). Finalmente, subrayó que la innovación debe comunicarse y probarse: “lo que no se enseña no se entiende”.

Se hizo referencia a la alimentación del futuro, que pasa por modelos sostenibles, urbanos y de precisión

En cuanto a la innovación ambiental y las startups, denunció que pocas innovaciones ambientales llegan al mercado, y que las empresas necesitan estructuras que permitan testar ideas sin comprometer grandes recursos. También defendió el rol de las startups como motor de innovación dentro del ecosistema y apostó por un “modelo de laboratorio como “hub” de conocimiento, donde confluyan la información de mercado (tendencias y consumo) y la capacidad científica”, permitiendo reducir el riesgo en el lanzamiento de nuevos productos.

Por parte de Néboda Farms, Iván García, intervino para hablar de la parte de innovación y tecnología. A través de su proyecto empresarial, se busca cultivar de forma sostenible para ofrecer a los consumidores las verduras más sabrosas, duraderas y seguras del mercado. De esta forma, contribuyen a un mundo más saludable mediante una producción responsable con un enfoque innovador.

Néboda Farms se describe como un actor vinculado al “vertical farming” y las nuevas tecnologías aplicadas a la producción agrícola y alimentaria. Esta firma incorporó la idea de incluir tecnologías emergentes (vertical farming, biotecnología, inteligencia artificial) dentro de la cadena alimentaria ibérica.

También hizo referencia a la alimentación del futuro, que “pasa por modelos sostenibles, urbanos y de precisión, y en los que Galicia y el norte de Portugal pueden ser referentes si se combinan sus capacidades agroalimentarias con la investigación en biotecnología y salud”.

Los participantes coincidieron en que se cuenta con un tejido empresarial dominado por pymes familiares, muchas sin recursos para I+D propios

Creación del Iberian Foodtec Lab
El laboratorio surge en el debate como una propuesta conjunta entre Galicia y el norte de Portugal dentro del marco de proyectos como Net4Food. Su visión inicial es crear un espacio transfronterizo de innovación que aúne el conocimiento académico y científico con las necesidades reales de las empresas agroalimentarias de ambas regiones.

El objetivo es superar la fragmentación institucional y la duplicidad de esfuerzos, estableciendo una infraestructura común de transferencia de conocimiento, capaz de transformar la investigación en resultados tangibles.

Los participantes coincidieron en que tanto Galicia como el norte de Portugal tienen las características necesarias para disponer de este servicio. Es decir, cuentan con un tejido empresarial dominado por pymes familiares, muchas sin recursos para I+D propios. Disponen de instituciones y centros tecnológicos dispersos, con dificultades para coordinarse. Falta de comunicación entre la universidad y la industria y una clara brecha entre investigación básica e industrialización.

Por todo ello, el laboratorio se planteó como una “unidad de interfaz” que permitiría traducir la investigación científica en soluciones aplicadas, generar proyectos conjuntos de innovación y compartir infraestructuras piloto y capacidades tecnológicas.

Se defendió un modelo inspirado en los laboratorios colaborativos portugueses, con equipos mixtos de investigadores y técnicos de empresa

Así, Deolinda Silva, de PortugalFoods, ha destacado que Portugal cuenta con estructuras colaborativas avanzadas (“laboratorios colaborativos” o CoLabs), por lo que el futuro Laboratorio Ibérico de Alimentación “debería inspirarse en este modelo, integrando industria, ciencia y administración”. Durante su intervención enfatizó la necesidad de transferencia tecnológica estructurada y de cooperación con Galicia.

Helena Jamardo puso de manifiesto la necesidad del Laboratorio Ibérico de Alimentación, ya que serviría de un punto de encuentro “ideal” entre el conocimiento científico y la aplicación práctica, lo que Clusaga considera una prioridad estratégica. Defendió un modelo inspirado en los laboratorios colaborativos portugueses, con equipos mixtos de investigadores y técnicos de empresa, evitando duplicidades entre los centros existentes.

“Nosotros ya contamos con un laboratorio centrado en investigación aplicada en agua y productos de base biológica, pero con potencial para desarrollar también productos alimentarios. Colaboramos con diferentes proyectos y en el Laboratorio Ibérico tiene mucho sentido para seguir avanzando”, destacó Maria José Alves, de AquaValor.

Lilian Barros, do Instituto Politécnico de Bragança y coordinadora del Congreso

Lilian Barros, do Instituto Politécnico de Bragança y coordinadora del Congreso

Por su parte, Iván García consideró que el Laboratorio “debería servir como plataforma de validación tecnológica, tanto para procesos agrícolas como para ingredientes y productos funcionales”. García defendió que el futuro laboratorio integre a las empresas tecnológicas dentro del ecosistema alimentario tradicional, favoreciendo la hibridación entre biociencia, digitalización y sostenibilidad. Mencionó que “la investigación fundamental es necesaria, pero debe ir acompañada de mecanismos de transferencia ágiles”.

Proyecto Net4Food

Antes de iniciar la mesa redonda, Lilian Barros, del Instituto Politécnico de Bragança y coordinadora del Congreso, realizó un pequeño resumen de lo que es el proyecto, sus objetivos y qué han logrado. Así mismo, definió este proyecto como una colaboración entre entidades de I+D, organismos intermedios y empresas. “Se trata de una red de excelencia en el ecosistema alimentario de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, impulsando la aparición y puesta en marcha de nuevas soluciones innovadoras; valorando los recursos endógenos de la Eurorregión; y promoviendo una alimentación sostenible, segura y saludable”.

Durante la investigación se preparó un diagnóstico del ecosistema alimentario en la Eurorregión y un plan de habilidades y actitudes

El resultado de esto es sentar las bases para el futuro Iberian FoodTec Lab y tuvo repercusión en la cumbre luso-española, celebrada en Viana del Castelo el pasado 4 de noviembre de 2022, que dio lugar, entre sus principales acuerdos, a una Memoria de Entendimiento basada en la creación del Iberian FoodTec Lab.

Además, trata de crear una estructura previa al Iberian FoodTec Lab, que consistirá en el desarrollo de una agenda de actuaciones que finalmente serán capitalizadas por el IFL, lo que sentará las bases para su futuro funcionamiento. Así como el desarrollo tecnológico empresarial a través de una figura totalmente disruptiva, Open Innofood.

Para ello, se ha dividido la investigación en diferentes actividades. La primera estaba centrada en la agenda alimentaria transfronteriza I+D+i, a través de la que se crearon los grupos de trabajo de Net4Food para involucrar las partes interesadas eurorregionales. Se hizo un diagnóstico del ecosistema alimentario en la Eurorregión y un plan de habilidades y actitudes.

En la segunda actividad, de planificación estratégica de la red Net4Food, se ha diseñado e implementado la Red Net4Food, además de elaborar un plan estratégico y una estructura virtual.

En el tercer punto, se hizo una demostración, pruebas y transferencia de la red, además de crear un plan de buenas prácticas y un banco de pruebas: Innofood Aberto.

Finalmente, en el plan de transferencia, “se ha logrado llegar a este Congreso Interfood, que era uno de los objetivos clave”.

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