Resultados de un ensayo de cebo de becerros y vacas de raza Cachena

Esta raza fue el centro del proyecto ‘Optimización de la dieta de cebo en diferentes categorías de la raza Cachena’, del cual se presentaron las principales conclusiones en el IV Foro de Innovación Productiva del Sector Agrario

La raza Cachena es originaria de la zona montañosa transfronteriza de O Xurés, localizada entre municipios ourensanos y portugueses. El proyecto ‘Optimización de la dieta de cebo en diferentes categorías de la raza Cachena’, llevado a cabo entre Miña Terra S.L. y el Centro de Investigacións Agrarias de Mabegondo (CIAM) la tomó como protagonista para ver como varían diferentes parámetros productivos y de calidad de la carne con diferentes tipos de cebo final. Las principales conclusiones de la investigación se presentaron en el IV Foro de Innovación Productiva del Sector Agrario, organizado por la Axencia Galega da Calidade Alimentaria (AGACAL).

La producción de carne de ganado vacuno está enmarcada en una situación de crisis con márgenes de beneficio muy bajas, e incluso con venta a pérdidas. En este contexto, están surgiendo nuevos productos diferenciados de alto valor añadido como la carne de Cachena, muy apreciada por el consumidor tanto por su gusto como por el alto contenido de grasa intramuscular. La raza Cachena representa una oportunidad en este contexto, debido a la orientación productiva de bajo coste, basada en el aprovechamiento de la hierba y de los pastos arbustivos. 

Además, esta raza se reconoce por su rusticidad  y gran adaptación al medio, característica que permite su cría en terrenos abruptos e incluso con pocos recursos herbáceos. Además, su calidad de reproductoras les permite tener partos fáciles y amamantar sus crías hasta el destete. Según los datos del censo del 2022, más del 75% de la población total de este animal (6029 cabezas) se localiza en Galicia.

Objetivos, algunos resultados y conclusiones

El proyecto se centró en la ‘Optimización de la dieta de cebo en diferentes categorías de la raza Cachena’, entre las que se seleccionaron becerros, de 10 a 12 meses de edad, novillas y novillos (menos de 48 meses), y vacas (de más de 5 años). Los objetivos de la investigación trataron de comparar el efecto del cebo convencional, esto es, el pienso y la paja, con el del cebo forrajero, en el cual se utilizaron grado húmedo y silo de cereal con leguminosas. En los casos de los novillos y vacas el silo de cereal fue substituído por el de maíz y oleaginosas. 

En los becerros se observaron los parámetros productivos, la calidad del canal y la de la carne. En las novillas, en los becerros, y en las vacas, en el lugar de esta última propiedad se hizo foco en la calidad organoléptica y nutricional de la carne.

Cada una de estas categorías tuvo una edad de sacrificio determinada: los becerros de 12 meses, las novillas de 25 meses, los novillos de 26 meses, y las vacas de 16 años. Igualmente, pasaron por una fase final de cebo: en la primera de las categorías mencionadas fue de 100 días, en la siguiente de 144 días, y en las dos últimas de 138 días y 217 días respectivamente.

Resumen de las fases de cebo en el Proyecto Miña Terra. / Fuente: Miña Terra

Después de analizar las ganancias medias diarias en kg/día, el peso del canal frío, así como la conformación y engrasamiento en las diferentes categorías de la raza Cachena “nos dimos cuenta que los rendimientos estaban por encima del esperado, y comparados casi con las mejores razas cárnicas a nivel mundial; tenemos datos de hasta más de un 50% de rendimiento en canal”, explica el veterinario y propietario de Miña Terra, Javier Blanco.

Rendimiento en las categorías analizadas. / Fuente: Miña Terra

De este modo, entre las conclusiones finales del proyecto se señala que las Ganancias Medias Diarias (GMD) de peso son significativamente superiores en todas las categorías en los animales alimentados con cebo convencional, presentando las mayores GMD los becerros alimentados con cebo convencional (0,92 kg/día), y las menores en la categoría de vacas en cebo forrajero.

“Dándoles un poco más de tiempo de cebo y alargando un poco más el tiempo de sacrificio,  vimos que sí que éramos capaces de mantener, e incluso mejorar, los datos de calidad de carne y niveles productivos de la raza con cultivos forrajeros que pueden producir los agricultores y ganaderos gallegos, esto es, dan cifras similares a las que teníamos de referencia”, detalla el veterinario.

Hace falta diferenciar que en los rendimientos se observaron resultados variables para las distintas categorías. Los becerros y novillos fueron significativamente superiores en los grupos de cebo convencional, mientras que las vacas y novillas no manifestaron diferencias significativas entre grupos. En términos de engrasamiento y conformación presentaron niveles de significación que no tienen repercusión económica.

Otra de las conclusión que se extraen de Miña Terra es que “los animales alimentados con cebo forrajero tienen un perfil de ácidos grasos más saludables”, afirma Javier blanco, en relación a los porcentajes significativamente superiores de omega-6 de aquellos animales alimentados con cebo convencional.

Por último, los resultados del proyecto “se comunicaron a la comunidad científica y al sector ganadero e industrial estableciendo un plan de diseminación y promoción de los resultados de los proyecto”, añadió Blanco.

Los comentarios están cerrados.