AI Lume, la inteligencia artificial al servicio de la extinción de incendios forestales
Un equipo de la Escuela Politécnica de Lugo desarrolla un sistema que ayuda a desplegar las brigadas y los medios aéreos y terrestres en función de los accesos, la orografía del monte y las condiciones meteorológicas, reduciendo los tiempos de respuesta para atacar el fuego de manera más eficaz

Luis Franco, explicando la evolución de los incendios en Galicia y el funcionamiento de la nueva herramienta de ayuda en la toma de decisiones
A la hora de atajar un incendio forestal, los momentos iniciales son cruciales. Cuanto antes se pueda enfrentar el fuego, menor será su dimensión y más fácil será apagarlo. Pero, ¿cómo lograr esto en un territorio disperso como el gallego, con una orografía complicada y pistas de acceso a los montes muchas veces cerradas por la maleza o en mal estado de conservación? ¿Y qué medios enviar a cada sitio cuando se producen varios incendios al mismo tiempo?
“Los errores en esta fase de toma de decisiones suelen provocar un desbordamiento de los dispositivos de extinción”, asegura Luis Franco, investigador del grupo Proyectos y Planificación (PROEPLA) de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería (EPSE) de Lugo, dirigido por el catedrático Manuel Marey.
AI Lume desarrolla un modelo de respuesta temprana a incendios forestales mediante inteligencia artificial
El proyecto AI Lume está basado en la aplicación de técnicas de Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning en la modelización de los incendios forestales y ha sido seleccionado para formar parte del Programa de Activación a la Transferencia de Conocimiento del Campus Terra.
Una vez validado el sistema, que estaría dirigido principalmente a Administraciones públicas con competencias en la extinción de incendios, podría comercializarse, ya que un software puede patentarse si resuelve un problema de forma novedosa.
En las fases iniciales de los incendios hay una gran dificultad de acceso
“En ese momento crítico hay una gran dificultad de acceso. Los caminos están abandonados y en los pueblos ya no hay nadie que pueda llevarte hasta el incendio, porque no existe cartografía actualizada de caminos y su estado es muy deficiente por falta de mantenimiento, lo que dificulta, por ejemplo, el acceso de motobombas por caminos llenos de maleza”, ejemplifica.
Ayuda en la toma de decisiones para lograr una respuesta rápida
Este modelo de respuesta temprana ayuda en la toma de decisiones a la hora de planificar los medios. “La planificación de recursos es habitualmente un problema. En los incendios de Portugal, los bomberos se quejaban de que los medios no se movieron con la rapidez que deberían haberlo hecho. Esta herramienta permite estimar qué medios desplazar y desde dónde, porque en ocasiones, al desplazar recursos de un lugar, dejas esa zona descubierta”, explica Luis.
No se trata solo de disponer de muchos medios, sino de optimizar su efectividad
“A la hora de apagar un incendio, muchas veces no se trata solo del número de efectivos, sino de lograr la máxima operatividad y eficacia. El Gobierno de EE.UU. es la Administración que más gasta en extinción de incendios con mucha diferencia, y aun así no se evitan situaciones como las vividas hace poco en Los Ángeles”, añade.
Distrito piloto en Monforte
A partir de la herramienta diseñada, el equipo de la EPSE está trabajando con la Consellería do Medio Rural, a través de la Subdirección de Defensa do Monte, para resolver problemas estratégicos de planificación en el despliegue de los efectivos sobre el terreno.
Entre otras soluciones propuestas, está la creación de una nueva cartografía navegable para agilizar la toma de decisiones, automatizando y optimizando la llegada de brigadas y medios de extinción. “Antes, las brigadas eran del municipio en el que estaban y conocían el territorio. Ahora, las brigadas pertenecen a un área más amplia, los distritos forestales, y desconocen el estado del monte”, evidencian los investigadores.
En el monte, que exista una pista o una carretera no significa que sea transitable en un momento dado
En concreto, se está desarrollando un modelo piloto para un distrito forestal, el Distrito VIII de Monforte, que incluye zonas de Folgoso do Courel y Quiroga, basado en la detección de carreteras a partir de fotografías aéreas e inteligencia artificial. “En el piloto se cartografiaron 95 km de carreteras recorridas por los medios de extinción en los últimos años”, detalla Luis.
“En el monte, que exista una pista o una carretera no significa que sea transitable en un momento dado. Trabajos forestales o de saca de madera pueden deteriorar los caminos. Por eso es imprescindible disponer de información actualizada. El objetivo es diseñar rutas más seguras tanto para la llegada al fuego como para la evacuación en caso de que el incendio se descontrole”, indica.
El equipo de AI Lume está trabajando en la posibilidad de hacerlo en tiempo real, guiando a los propios medios. “Tenemos un nuevo sistema para mejorar aún más el modelo a través de la combinación de Inteligencia Artificial y Machine Learning”, explican.
Características especiales de Galicia
El territorio gallego tiene unas características especiales, sobre todo por la fragmentación de los núcleos de población, lo que condiciona el despliegue de medios a la hora de enfrentar un incendio en el monte. “Tenemos 30.000 núcleos de población y la prioridad es defender las casas, por lo que es esencial tener muy bien posicionados los medios de extinción en el territorio. Tiene mucho mérito que no ardan más casas con la cantidad de incendios y núcleos de población que hay. En ese sentido, el sistema gallego de extinción es muy eficaz”, asegura Luis.
El sistema gallego de extinción es muy eficaz en su objetivo de defender las casas
“Antes, los pequeños incendios eran capaces de sofocarlos incluso los vecinos, pero ahora en muchas aldeas ya no queda gente y la dimensión de los incendios también es mayor. Hoy, la población que queda es mayor y no tiene capacidad de enfrentarse a este tipo de incendios”, reconoce.
Cada vez tendremos más combustible en el monte con más probabilidades de que arda y con mayor intensidad
El equipo de la Politécnica está centrado en lograr una optimización del sistema de defensa contra incendios, pero apuesta por la rentabilidad del monte como mejor antídoto para evitar su quema. “Cada vez tendremos más combustible en el monte con más probabilidades de que arda y de que lo haga con más potencia. A día de hoy, es inasumible limpiar todo el monte con brigadas. O se fomenta la actividad económica para que los propietarios mantengan el monte limpio, o es imposible hacerlo solo desde la Administración debido al estado de abandono en el que se encuentra”, insisten.
Cambios en el tipo de incendios
En los últimos 40 años se ha producido una profesionalización en la respuesta a los incendios forestales en Galicia, distinguiéndose distintas fases en cuanto a los medios disponibles y su coordinación. Estos cambios han ido en paralelo a la propia evolución del número de incendios y sus características.
En una primera etapa (1990-1997), los medios de extinción dependían en gran medida de los municipios, con la coordinación de la Xunta. En la década siguiente, de 1998-2006, se estabilizaron el número de incendios y la superficie quemada, pero en 2006 hubo una fuerte concentración de incendios que desbordaron los sistemas de emergencia.
Hasta ahora la mayor parte de los incendios eran intencionados, pero el abandono del territorio también está provocando un descenso en estos fuegos
Desde 2006 hasta 2023, la mayoría de los incendios han estado relacionados con causas humanas. “Hasta ahora, prácticamente la totalidad de los incendios eran intencionados. Y cuando se indica ‘origen desconocido’, seguramente también lo fueran”, asegura.
“Galicia ha sido siempre, de lejos, la comunidad con más incendios. Hay más incendios en Galicia que en el resto de España junta. Pero estamos convergiendo con el resto del mundo en el tipo de incendios”, describe.
El abandono del territorio está llevando a una reducción en el número de estos incendios intencionados y, al mismo tiempo, está favoreciendo una continuidad en el paisaje rural que da lugar a nuevos tipos de incendios: “incendios de sexta generación, con pirocúmulos”, explica Luis.
Ya se están produciendo en Galicia incendios de sexta generación, con pirocúmulos
Este tipo de nuevos incendios se ven favorecidos, además, por el efecto del cambio climático. “Tenemos más combustible acumulado y es más propenso a arder, porque la maleza está más seca”, argumenta.
Algunos ejemplos de estos nuevos incendios originados en Galicia en los últimos años serían el incendio de O Courel en el verano de 2022, uno de los mayores de la historia de la comunidad, provocado por una chispa de una tormenta, o el de Trabada en el otoño de 2023, que aunque las investigaciones concluyeron que fue intencionado, se vio favorecido por las condiciones ambientales y la maleza seca acumulada en el monte.