“El uso de cubierta vegetal en el viñedo puede aportar beneficios interesantes”
Entrevista a Jesús Yuste, ingeniero agrónomo, máster e investigador en viticultura en el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL), uno de los socios del proyecto “PRERIVID: Predicción de necesidades hídricas del viñedo para un uso sostenible del agua de riego”, que se desarrolla en Galicia, Castilla y León y Valencia.
El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL) es uno de los centros de referencia en España en la investigación agraria. Este organismo dependiente de la Junta de Castilla y León, una de las Comunidades líderes en producción y valorización del vino en España, participa en el proyecto PRERIVID: Predicción de necesidades hídricas del viñedo para un uso sostenible del agua de riego. Este grupo operativo supraautonómico tiene como objetivo el desarrollo de una herramienta de gestión del riego en viñedos con la que se pretende predecir las necesidades hídricas de cada parcela, integrando múltiples parámetros: datos meteorológicos, humedad del suelo, estado fenológico y predicción meteorológica local. Este proyecto s
upraautonómico se desarrolla en Galicia, Castilla y León y Valencia.
Hablamos con Jesús Yuste, ingeniero agrónomo, máster e investigador en viticultura en el ITACYL para conocer más sobre las cubiertas vegetales en viñedo y su participación en este proyecto.
-¿En qué consiste tu trabajo dentro del ITACYL?
Desempeño la tarea de investigación en viticultura, a partir de mi formación como Doctor Ingeniero Agrónomo y Máster en Viticultura y Enología por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), desde principios del año 1990, en el Centro de Investigación Agraria que la Junta de Castilla y León tiene en Valladolid. Las líneas de trabajo que he puesto en marcha y desarrollado a lo largo de mi trayectoria han sido principalmente: selección y mejora de variedades de vid, adaptabilidad de portainjertos, sistemas de conducción y poda, riego y gestión hídrica, manejo espacial del viñedo, mantenimiento y gestión del suelo, gestión de la calidad de la uva.
-¿Que destacarías de las investigaciones que habéis realizado dentro del ITACYL en lo referente al empleo de cubiertas vegetales en viñedo?
A partir de los primeros trabajos experimentales sobre mantenimiento del suelo realizados hace más de dos décadas, descubrimos que el papel de la cubierta vegetal puede ser muy interesante siempre que se tenga en cuenta que la cubierta ejerce una competencia hídrica y nutritiva hacia el propio viñedo y que las condiciones ambientales (suelo y clima) son factores que modifican la posible respuesta de la cubierta vegetal y del viñedo.
-En este sentido, ¿qué os llevó a participar en el proyecto PRERIVID?
La posibilidad de extender la experimentación de técnicas de mantenimiento del suelo, como el empleo de cubierta vegetal, a situaciones diversas supuso un aliciente científico que puede aportar un conocimiento más amplio para la aplicación práctica de este tipo de técnicas de cultivo, considerando siempre la inclusión en un contexto de sostenibilidad medioambiental del cultivo de la vid y la producción de uva para vinificación.
-¿Cuáles son los cometidos del ITACYL dentro de este proyecto y qué actuaciones se realizaron hasta ahora y cuales se prevén para este 2025?
El ITACYL participa en este proyecto como colaborador científico con la bodega Quinta Sardonia, ubicada en pleno valle del río Duero, en la provincia de Valladolid. El objetivo básico de la actividad del ITACYL es la evaluación de los efectos que tanto la aplicación de riego deficitario como la utilización de cubierta vegetal en suelo pueden tener en el comportamiento del viñedo y en el propio suelo a corto y medio plazo.
Concretamente, se pretende valorar la repercusión hídrica en el viñedo, en su actividad fisiológica, en su respuesta vegetativa y productiva, así como en la calidad de la uva, que puede ejercer la aplicación de distintos regímenes hídricos (incluido el secano) y diferentes niveles de intensidad de cubierta (incluyendo el laboreo, o sea sin cubierta).
El uso de cubierta vegetal en el viñedo puede aportar beneficios interesantes
-En base a tu experiencia y a los trabajos publicados, ¿Qué ventajas aporta el uso de cubiertas vegetales en viñedo?
El uso de cubierta vegetal en el viñedo puede aportar beneficios interesantes al viñedo, entre los cuales cabe destacar la mejora de la estructura de la parte superior del perfil del suelo, el enriquecimiento en materia orgánica del suelo, la transitabilidad de personas y máquinas por el viñedo, la biodiversidad ambiental y la atracción holística de las personas próximas al sector del vino. Estos beneficios pueden repercutir favorablemente en el cultivo del viñedo a través de la permeabilidad del suelo, la reducción de la erosión, la estabilidad de su estructura, el incremento de la capacidad de absorción radicular y la comodidad de tránsito en situaciones meteorológicas complicadas.
-¿Qué consideraciones se deben tener en cuenta a la hora de elegir las especies a implantar en la cubierta?
La elección de las especies a utilizar en el uso de cubiertas vegetales es crítica para el buen desarrollo de las mismas. En este sentido, las especies deben presentar suficiente capacidad de germinación o implantación en función de las características del suelo y, más aún, de las características climáticas de la zona o, incluso, del lugar concreto de cultivo del viñedo.
Así, por ejemplo, resulta crucial la resistencia a helada, la capacidad de recuperación tras la siega, la parada del ciclo vegetativo a partir de cierta época estival en que empieza a escasear el agua en el suelo, la resistencia al pisoteo cuando se trata de cobertura total del suelo, la posibilidad de floración y semillado cuando se trata de cubierta de carácter perenne, etc…
-¿Cuáles son las recomendaciones para la implantación de la cubierta?
El éxito en la implantación de la cubierta vegetal depende de varios factores, que pueden enumerarse así: preparación adecuada del suelo en cubierta de siembra anual (labores previas), oportunidad de estado hídrico apropiado del suelo (tempero), elección adecuada de la o las especies (dependiendo de si se trata de cubierta de carácter anual o de cubierta perenne), siembra adecuada de la cubierta (ajuste de la maquinaria) o adaptación apropiada cuando se trata de cubierta espontánea, posible aplicación de riego tras la siembra de la cubierta cuando sobreviene una época de sequía excesiva, posibilidad de combinación de especies que aumenten las posibilidades de germinación y grado de cobertura del suelo, etc..
-¿En qué medida compite por el abonado con el viñedo?
La cubierta vegetal requiere de nutrición mineral como cualquier cultivo o cualquier planta en crecimiento. Dicha necesidad nutritiva puede ser mayor o menor en función de la especie o las especies elegidas y de la fertilidad del propio suelo, por lo que la capacidad de crecimiento de la cubierta es el indicador más adecuado para gestionar la aplicación de abonado, según la necesidad de los diferentes macro y microelementos, que puedan ser requeridos también por el propio viñedo. Las especies leguminosas pueden aportar nitrógeno al suelo, a través de la fijación del mismo desde la atmósfera, pero previamente, a partir de su implantación, también requieren de nutrición nitrogenada, que según la riqueza del suelo en dicho elemento, debe ser considerada y cuantificada. La cantidad de abonado que puede necesitar el viñedo, incluyendo las necesidades de la cubierta vegetal, deben ser valoradas en función del desarrollo vegetativo de la propia cubierta vegetal de suelo.
La cubierta vegetal requiere de nutrición mineral como cualquier cultivo o cualquier planta en crecimiento
-Y en el caso del agua.. ¿Cómo afecta a las necesidades hídricas del viñedo y por tanto a las predicciones de riego?
La principal limitación para el uso de la cubierta vegetal en España es la disponibilidad hídrica, dado que en muchas zonas el agua empieza a escasear al final de la primavera, sobre todo, durante el verano. Es evidente que las plantas que componen la población de la cubierta vegetal, sea una o sean varias especies, necesitan y consumen agua del suelo, por lo que es absolutamente necesario evaluar la posibilidades de implantación y crecimiento de la cubierta en función del régimen pluviométrico y/o de las posibilidades de riego en cada zona y en cada viñedo. La previsión anticipada de riego del viñedo debe tener en cuenta las necesidades de transpiración de la cubierta vegetal, para satisfacer tanto dichas necesidades como, sobre todo, las del propio viñedo, tanto desde el punto de vista productivo como desde el punto de vista de calidad de la uva.
El uso de cubierta vegetal debe ser establecido de forma progresiva
-¿Los rendimientos se ven mermados debido a las cubiertas vegetales?
La producción de uva puede verse afectada por la competencia de la cubierta vegetal, por lo que el objetivo de obtención de un nivel de rendimiento determinado debe tener en cuenta la necesidad de aportación hídrica suficiente para compensar dicha competencia. Es evidente que la competencia y, por tanto, las necesidades generadas por la cubierta serán diferentes en función del tipo de suelo, por lo que el uso de cubierta vegetal debe ser establecido de forma progresiva, es decir, por ejemplo, primero en calles alternas, y posteriormente, si todo va bien, en todas la calles del viñedo. Asimismo, la regulación de la competencia, a través de siega o de arrodillado, debe ser aplicada en función de la posible merma de rendimiento que pueda irse observando en el viñedo.
-Y en el caso de las enfermedades fúngicas, ¿Cómo afectan?
La posible incidencia de enfermedades fúngicas puede verse condicionada por el empleo de cubiertas vegetales en la medida en que aumente la humedad ambiental en el entorno de las cepas. En este sentido, el manejo de la cubierta debe adecuarse a las características de la parcela, es decir, a su orientación, pendiente, fertilidad, etc., para aumentar la aireación y reducir el riesgo de infección fúngica. Esta adecuación necesaria se puede hacer a través de la elección de especies de mayor o menor crecimiento vegetativo y de la duración de su ciclo, así como a través del manejo de la propia cubierta mediante siega, intensidad de implantación (anchura de cubierta en la calle), variación de la permanencia temporal en el suelo, etc.
-¿Nos puedes avanzar algo de los primeros resultados que tuvisteis en el 2024?
A lo largo de la campaña 2024 se ha podido observar la utilidad de la estimación de las necesidades de riego basadas en la Evapotranspiración Potencial (ETo), que ha permitido aplicar la cantidad de agua necesaria para el adecuado desarrollo del viñedo, habiendo observado resultados preliminares de la competencia hídrica que ejerce la cubierta en las distintas situaciones de secano y regadío.
En esta primera campaña de trabajo se ha conseguido encaminar la adecuación de los coeficientes de riego y las exigencias de implantación de la cubierta vegetal, que en el caso que nos ocupa, se desarrollará mediante su empleo en las calles alternas del viñedo.
-En general, ¿qué esperáis que aporte este proyecto?
El proyecto PRERIVID va a permitir la cuantificación de los efectos hídricos, vegetativos, productivos y cualitativos que supone la estimación de necesidades hídricas, para la aplicación de riego deficitario, en situaciones concretas, que en nuestro caso se refieren a la variedad tinta Tempranillo en el corazón del valle del río Duero, bajo un prisma prioritario de favorecer la calidad de la uva, como aspecto fundamental y necesario para la sostenibilidad del sector vitivinícola en España. Desde el punto de vista práctico, el proyecto aportará criterios objetivos para la toma de decisiones en cuanto al manejo del riego y al uso de la cubierta vegetal.
-¿Algo más que quieras añadir?
Es fundamental la colaboración entre equipos de investigación, a través de la colaboración práctica con bodegas y viticultores, para profundizar en el conocimiento del cultivo de la vid, mediante el estudio de diferentes técnicas, como el riego o la cubierta vegetal, contemplando la variabilidad derivada de diferentes variedades de vid y zonas de cultivo en diversas regiones de la geografía española.
El Grupo Operativo PRERIVID está enmarcado en el Plan Estratégico de la Política Agraria Común (PEPAC) 2023-2027, financiado en un 80 % por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) de la Unión Europea y en un 20 % por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). La Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (DGDRIFA) es la autoridad encargada de la aplicación de dichas ayudas. Presupuesto total del proyecto: 589.371,54 €. Subvención total: 583.385,01 €.
El Grupo Operativo PRERIVID es la entidad responsable de este contenido.