«Sin ayudas, para las empresas pequeñas es muy difícil incorporar investigadores a la plantilla»
Distintas empresas gallegas que trabajan en el ámbito agroalimentario y forestal cuentan su experiencia en el desarrollo de innovación en sus procesos productivos y su relación con la universidad en el primer Congreso Ibérico de la Juventud Investigadora del Campus Terra
La mesa redonda Colaboración universidad y empresa: raíces para un futuro sostenible cerró este miércoles el I Congreso Ibérico de la Juventud Investigadora del Campus Terra que reunió esta semana en Lugo a personal investigador de universidades gallegas, portuguesas e iberoamericanas de países como México, Brasil o Paraguay.
El director del Área de Estrategia Científica de la USC, Emilio Martínez Rivas, destacó que la Universidad de Santiago “es el mayor centro de investigación de Galicia, con más de 3.000 personas dedicadas a este ámbito”.
Pero la mesa que sirvió para cerrar el Congreso quiso mostrar que “en Galicia no solo se está haciendo investigación e innovación en las universidades, sino también en las empresas” y las posibilidades, dijo, que esta colaboración puede aportar.
La propia Universidad está fomentando la transferencia de innovación hacia el mundo empresarial y, de hecho, dos de las empresas participantes en el encuentro, Tastelab y 3edata, surgieron como spin off en el seno de la Universidad de Santiago, que sigue manteniendo su parte en el capital social de estas compañías.
Tecnología puntera ‘made in Lugo’
Tastelab es una empresa especializada en análisis sensorial única en España, creada hace 9 años por 4 socias, tres de ellas profesoras de la USC. Ofrecen servicios de consultoría a distintas compañías del sector agroalimentario para mejorar la calidad y la aceptación de sus productos entre los consumidores.
Entre sus clientes se encuentran empresas como Pascual, Casa Terradellas, Estrella Galicia, Central Lechera Asturiana, Pescanova, COVAP, Quescrem o Candelas que han implementado sistemas de control de calidad que tienen en cuenta parámetros sensoriales concretos en sus productos. “No sale ningún lote de cerveza de la fábrica de Estrella Galicia que no haya sido testado para asegurar que la calidad sensorial del producto es la deseada”, ejemplifica Maruxa García, CEO de Testlab.
Sensebit es un software de análisis sensorial que predice y analiza los gustos de los consumidores en relación a un producto que va a salir al mercado
En los últimos años han desarrollado un software propio, Sensebit, que permite a sus clientes realizar sus propios paneles de cata, hacer análisis de datos y tomar decisiones. “Se lanzan muchos productos al mercado y muchos de ellos fallan, pues no llegan al año de vida. Nosotros somos un apoyo para que antes de salir al mercado las empresas se aseguren de que el producto va a gustar. Solo hay 4 software de este tipo en todo el mundo y ya estamos en 9 países gracias a esta tecnología”, explica.
En el caso de Nigal (Nueva Empresa Gallega), es una start up de Ribadeo creada hace 4 años por dos matemáticos, Lara Neira y Adrián Rodríguez, que tras estudiar en la USC y doctorarse en el extranjero volvieron a Galicia para “crear valor empleando nuestro conocimiento en nuestra tierra”, dice Lara.
Especialistas en matemática aplicada, se dedican a dar soluciones de inteligencia artificial aplicada al sector agroalimentario y forestal. “Proveemos a las empresas soluciones de inteligencia artificial útil que les permite mejorar procesos y ahorrar costos”, explica.
Libatio permite controlar la calidad y el volumen del vino en tiempo real mejorando la toma de decisiones mediante soluciones personalizadas de inteligencia artificial
Trabajan en sectores estratégicos en Galicia, como el vitivinícola o el forestal, con herramientas para la monitorización de barricas y tanques de vino y licores (Libatio), gestión de residuos (Lixo), cortes de madera (Notifor), etc.
“Libatio surgió de un proyecto de I+D+i apoyado por Europa en el que conseguimos que el enólogo y los equipos técnicos de las bodegas puedan tener en tiempo real información del volumen y la calidad del vino sin tener que andar destapando las barricas, reduciendo de este modo las horas de trabajo de bajo valor añadido, disminuyendo las pérdidas mediante la detección de anomalías como el velo en la superficie del vino en tanque y ayudando a tomar mejores decisiones durante la fase de maduración del vino”, explica Lara, CEO de Nigal.
Otra empresa tecnológica nacida en el seno del Campus Terra es 3edata que trabaja en los ámbitos de la gestión territorial y la conservación del medio natural. Fue fundada en el año 2016 como una spin off de la USC y prestan servicios en media docena de países europeos y en varios países africanos.
“Trabajamos con sistemas de información geográfica y de teledetección, hacemos un escaneo del territorio, capturamos unos datos y los analizamos. Eso permite hacer planificación y gestión de recursos y espacios naturales. Nuestros clientes se orientan sobre todo hacia el sector público, porque es quien tiene la responsabilidad en la gestión del territorio, pero estamos diversificando hacia otros sectores, como empresas de eólicos o del sector forestal”, explica Marcos Rubinos, CEO de la compañía.
3edata ofrece soluciones de ingeniería y teledetección a partir de la captación y el análisis de datos medioambientales para mejorar la gestión del territorio y de los recursos que hay en él
“Cuando montamos la empresa éramos casi todos ingenieros de montes y hoy tenemos programadores e informáticos, porque la información disponible es cada vez mayor y el reto está en la gestión de grandes volúmenes de datos”, asegura. 3edata dispone de herramientas y modelos para la medición de biomasa o la realización de inventarios forestales, así como para la teledetección de plagas en masas arboladas o en viñedos. “Es posible medir en segundos la cantidad de madera que hay en el monte, algo que a una persona por métodos mecánicos le puede llevar un montón de horas”, ejemplifica.
¿Es una salida el mundo de la empresa para los investigadores y los nuevos doctores?
Más allá de la posibilidad de autoempleo mediante el emprendimiento, las empresas ofrecen cada vez más oportunidades laborales para los investigadores dentro de sus plantillas, aunque Manuela Buján, de la empresa Porto-Muíños, dedicada al procesamiento y comercialización de algas marinas gallegas, reconoce que “sin ayudas, para las empresas pequeñas, es muy difícil incorporar doctores con función de investigación a la plantilla”.
La compañía afincada en Cerceda cuenta con un departamento de I+D+i y está avanzando en varias líneas de investigación, como aprovechar los descartes para fabricar fertilizantes agrícolas o productos de alimentación animal o la puesta en marcha de plantas experimentales de cultivos de algas, tanto en tierra como en mar. “El alga es ya un producto habitual en los supermercados y tenemos que pasar de ser recolectores a productores”, defiende Manuela.
En su caso, optaron por la figura de los Doctorados Industriales, un tipo de ayudas previstas para la formación dentro de la empresa. “Nosotros tenemos licenciados trabajando dentro de la empresa que ahora están haciendo el doctorado con nosotros. A veces es un problema coger a doctorandos que vienen directamente de la Universidad, porque su objetivo es publicar artículos y a nosotros como empresa no nos interesa publicar, porque das pistas acerca de aquello en lo que estás trabajando”, justifica.
En el caso de 3edata, siguieron una estrategia diferente: “captábamos fondos europeos de proyectos Life o Horizon para desarrollar productos de software que después comercializábamos”, explica Marco.
En los últimos años optaron también por solicitar las ayudas Torres Quevedo que convoca anualmente el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades a través de la Agencia Estatal de Investigación.
En el caso de los doctores, muchas veces siempre están con la vista puesta en volver a la Universidad
“Cuando tú incorporas a una persona a tu empresa siempre valoras el tiempo y costo de formación de esa persona, porque no va a ser productivo desde el primer día. Entiendes que en un doctor ese tiempo de formación va a ser menor, pero el doctor a veces lo que busca es la excelencia, sin valorar el tiempo, y la empresa quiere resultados a corto plazo. La empresa no quiere el mejor coche del mundo, sino un coche que pueda comprar su cliente”, ejemplificó.
Marco recomendó a los estudiantes e investigadores postdoctorales presentes en el salón de actos de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo, donde se desarrolló el acto, que sigan formándose ante la “necesidad de actualizarse continuamente”. “Los que estáis estudiando ahora tened por seguro que lo que aprendéis hoy dentro de 5 años está obsoleto”, aseguró.
Mantenerse activo en redes sociales para profesionales, como LinkedIn, es esencial hoy en día para que un investigador pueda encontrar trabajo en una empresa
Lara Neira, de Nigal, que estudió y trabajó en Dublín, considerado el Silicon Valley de Europa, reconoce que “el currículum es tu carta de presentación a la hora de obtener apoyo institucional o de inversores a tu proyecto” pero que “más allá de la formación o la experiencia, el factor humano es lo más importante”. “Hay doctorados que hacen ese doctorado muy en solitario y esa dinámica de trabajo a veces es un problema a la hora de incorporarte a un equipo dentro de una empresa”, asegura.